(Incluye fotos)
Estando en Arequipa (Perú), habían varias opciones de viajes cortos que merecían la escapada por un día del congreso. Uno de ellos era aventurarse hasta el Departamento de Puno y visitar el Lago Titicaca.
Luego de cuadrar con un taxista una tarifa razonable y un itinerario de ida y vuelta en el mismo día, decidimos madrugar (4 am) para hacer el viaje de aproximadamente 6 horas en carro hasta Puno.
Teníamos dudas con respecto al camino; pensábamos que habían muchas curvas, que el pavimento era malo, etc. Por suerte, fue todo lo contrario y para maravilla de nuestra vista, el paisaje era espectacular. Mucho verde, muchas montañas rodeando grandes llanuras, vista de los volcanes que rodean Arequipa con sus picos nevados y también muchos camélidos (vicuñas, alpacas y llamas).
Hay un punto en el camino que se divisa el Lago desde lo alto, se ve grande, pero lo que se observa es diminuto con respecto al tamaño real. De los lagos que se encuentran a alturas superiores a los 2000 msnm, el Titicaca es el más grande (194 km de largo y 65 km de ancho); y de los lagos navegables, es el que está más alto (aprox. 3800 msnm).
Como el viaje era de ida y vuelta, no había chance de navegar Titicaca adentro, así que no disfrutamos la sensación de ver cómo se extiende inmenso como el mar.
El tiempo era suficiente para conocer las islas de los Uros, habitantes del lago que viven sobre islas "flotantes" construidas con totora, una planta utilizada también para hacer embarcaciones.
La entrada al Lago se realiza mediante dos pagos, el primero (creo que 10 Soles) se realiza en la entrada del Parque Nacional y el segundo (dos Soles) es el pago para entrar a los Uros, que se realiza al momento de tomar la embarcación que te lleva a las islas.
La sensación al pisar la isla "flotante" es muy rara. La totora es como paja y además esta húmeda por la absorción de agua. Las islas están muy cerca entre sí y te ofrecen la posibilidad de desplazarte entre ellas mediante unas canoas de totora.
En las islas, los Uros tienen sus pequeñas casas y las mujeres aprovechan la llegada de los turístas para vender artesanías, patos disecados (¡que barbaridad!) y otros recuerdos.
Nos pareció muy raro ver varias chozas de totora con candado (muy probablemente de marca "Viro" o "Cisa"), además todo parece estar perfectamente organizado y dispuesto.
En el viaje de retorno, regresaron junto con nosotros varios Uros hacia tierra firme, situación que nos hizo pensar que estas pequeñas islitas están quedando como historia de una etnia que existió, pero que poco a poco se convierte en un "parque temático" en el que las chozas son depósitos de los recuerdos que venden a los turistas, mientras en las noches los Uros vuelven a Puno a dormir en una camita caliente (debe hacer mucho frío en el lago durante la noche) y sin un piso que se mueva.
Tips y datos importantes:
Enlaces: